¿Tuviste una madre muy rígida y exigente contigo?
¿Fuiste una niña muy responsable y adulta a la que exigían la perfección en todo? ¿Sentías que por mucho que hicieses nunca era suficiente para tus padres?
Si es así, posiblemente has heredado la herida de Injusticia a través de tu madre. Y lo notarás en que te cuesta ser merecedora de diversión y descanso. Finalmente te has vuelto rígida y exigente como ella.
¿Te suena?. A mí sí, porque esta es mi herida.
¿Te preguntas por qué eres tan rígida, exigente y tienes la herida de Injusticia?
Esta herida aparece en las mujeres cuando en la niñez su madre ha sido fría y autoritaria. Severa y exigente. Ella repitió contigo lo mismo que vivió en su niñez.
Seguramente viviste en un ambiente de mucha represión y falta de afecto. Por ello hoy “pareces” una mujer fría y dura.
De pequeña escuchaste mensajes dolorosos como: no tienes derechos, solo obligaciones, hay que hacerlo mejor… Y hoy necesitas hacer y hacer para sentir que mereces descanso o diversión.
Por ello te exiges mucho a ti y a los demás. Es difícil descansar a tu lado. ¿Te habías dado cuenta?
Seguramente tienes listas con objetivos diarios. Y hasta que no los cumples no puedes descansar. ¿Te suena?
¿Cómo son las mujeres con herida de Injusticia?
La personalidad de estas mujeres es rígida, exigente y con poca conexión emocional. Y éstos son 10 de los rasgos más característico:
- Son mujeres que no se valoran ni se aprecian. No saben recibir un cumplido porque creen no merecerlo.
- Parecen frías y duras porque no conectan con sus sentimientos. Aunque en el fondo son muy sensibles.
- Son muy perfeccionistas. Y exigen lo mismo a los demás. Acaban siendo injustas con ellos.
- Detestan a la gente vaga y que se vence ante las dificultades.
- Ven la vida como un deber inacabable. Les cuesta divertirse y sentir que merecen ocio y descanso.
- Esta exigencia y rigidez les produce tensión y contracturas. Son muy injustas con ellas mismas.
- No se permiten equivocarse, ni ser libres, ni sentir plenamente. Se hacen a sí mismas lo que recibieron de sus padres.
- No piden ayuda. Lo dejan como último recurso. No quieren estar en deuda. Y toman decisiones rápidas.
- El estrés y el enfado son muy comunes en ellas.
- Parecen invulnerables porque han tenido mucho autocontrol emocional en sus vidas. Pero ésto les puede llevar a actitudes compulsivas con la comida, bebida, salir…
¿Te ves en alguna de estas características?
¿Cómo sanar la herida de Injusticia de la mujer rígida y exigente?
- Si te ves reflejada en esta herida, lo primero que debes hacer es dejar de exigirte tanto, de criticarte y empezar a valorarte tal y como eres.
- Suelta la armadura ya¡¡ Pareces la heroína de la armadura oxidada. Fuera rigidez y frialdad¡¡.
- Deja de hacer, hacer y hacer para sentir que vales. Tu valor está en ser quien eres.
- Conecta con tus sentimientos. Empieza a mostrar tu parte cariñosa y afectiva a los demás. Eres una mujer muy sensible, recuérdalo.
- Suelta esa exigencia que te lleva a la injusticia. Deja de ser “Doña Perfecta”. Los demás te lo agradecerán.
- Escúchate a ti misma y acepta tus límites para evitar agotamientos, enfados…
- ¿Y qué más?… pues muchas cosas más pero sobre todo “deja de ser tan injusta contigo”. Permítete descansar y divertirte. Saca tu parte espontánea y creativa. Muestra tu lado sensible a los demás y empieza a disfrutar de la vida. No todo es deber. La diversión es necesaria.
Esta herida ha venido a nosotras para ser sanada y aprender de ella. Mi mayor aprendizaje ha sido la deuda que tenía con la diversión. Y descubrir que no era tan fría como yo creía. He descubierto mi sensibilidad y disfruto de ella con las personas y con la creatividad. ¿Qué crees que ha venido a enseñarte a ti?
Si queremos sanar esta herida, debemos mirar dentro. La culpa no la tienen los demás. Desde hace muchos años parece que “nos hemos tragado a nuestra propia madre”. ¿No crees?
Quiérete y cuídate. Porque el amor que sana las heridas es el que tú te das a ti misma. ¿Te atreves a amarte lo suficiente?
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Hola Dori! Qué identificada me siento con esta herida y cierto es que cuando “sueltas” a esa “Doña perfecta”, empiezas a disfrutar de todos lo que tienes alrededor. Mucha gracias por tu aportación. Besotes
Hola Teresa¡. La verdad es que soltar a Doña Perfecta es lo mejor que podemos hacer las mujeres con herida de injusticia. Nosotras estamos más relajadas y el entorno nos lo agradece porque bajamos las exigencias sobre ellos.
Gracias a ti por leerme y mucha suerte con tu nuevo camino en tu preciosa web: http://bellezaimperfecta.es/
Besotes también para ti. Feliz fin de semana.