El desarrollo de la Asertividad es una de las demandas principales de las personas que inician procesos de desarrollo personal y coaching.
La Asertividad es aprender a decir No, elegir lo que quieres o no quieres hacer, expresar aquello que sientes sin remordimientos, ejercer el derecho a cambiar de opinión, etc.
Es una de las grandes conquistas para tomar el mando de tu vida. Y es una muestra del respeto y valoración por ti misma, considerándote como un ser más del que debes cuidar.
La Asertividad es dura al comienzo
Para las mujeres que tienen un perfil de baja Asertividad, el camino es difícil al comienzo. Por eso veo positivo avisarles de que lo van a pasar mal durante un tiempo. Especialmente porque ellas quieren pasar de Asertividad Cero a una Asertividad correcta, educada, perfecta y bien recibida por el Otro.
Aquí nos encontramos con dos problemas. El primero es que la Asertividad perfecta no existe. Y buscar el punto correcto es una buena excusa para no hacer nada. Lo importante es que te veas a ti misma dando un paso al frente y apostando por ti. La experiencia es lo más importante, más allá del resultado.
Lo más probable es que al comienzo te veas grosera, cortante, insegura… pero es el camino por el que hay que pasar hasta que el entrenamiento dé sus resultados. Acéptalo como parte del proceso.
El segundo punto: esperar que el Otro reciba bien tu Asertividad, es una quimera. El Otro es dueño absoluto de sí mismo. Cada uno toma las palabras de los demás como quiere o puede hacerlo. Lo que sí está claro es que no eres responsable de lo que elija.
Y en cuanto a esa frase que seguro estás pensando: “Tengo miedo de ser asertiva por herir al Otro”, olvídate de ello.
Tú no hieres a nadie diciendo No. El otro elige si se siente herido por tus palabras.
¿O es que siempre el herido tienes que ser tú?
Y lo mejor es que seas honesta contigo y cambies la frase diciendo “tengo miedo de ser asertiva porque no voy a saber enfrentar la respuesta del Otro”. Es más cercano a la realidad. Y desde aquí puedes trabajar mejor.
Y además hay una buena noticia: “No tienes que saber enfrentar la respuesta del Otro”. No te pongas tanta exigencia desde el comienzo. Con que defiendas tu postura es suficiente. Con que llegues a casa sabiendo que te has mantenido en lo que querías hasta el final, puedes estar satisfecha ese día. Aunque te hayas visto torpe o con falta de recursos, valora que has conseguido expresar lo que querías.
7 Consejos para iniciarte en Asertividad
- En la primera etapa lo pasarás mal. Aguanta el tirón. Te sentirás culpable, grosero, maleducado… No importa, sigue. Gran parte de esos sentimientos será fruto de tu exigencia.
- Al principio no vas a dar la respuesta “correcta en el momento correcto”, pero no importa. Es cuestión de práctica. Es preferible que vayas al día siguiente a hablar con esa persona y se lo digas un día tarde a que no se lo digas. No busques la perfección del momento. La práctica irá acortando tu capacidad de reacción.
- Valora cada minúsculo paso que des en la reafirmación de tu persona y de tu derecho a elegir. Anótalo si es preciso en un cuaderno y podrás revisarlo para ver los avances.
- La corrección del punto medio es una ilusión. La Asertividad representa Libertad, y ésta última no presume de ser correcta.
- El miedo a herir al otro realmente es “tu miedo a no saber aceptar la respuesta del otro”. Hazlo como puedas, pero hazlo.
- Utiliza técnicas como el disco rayado: “si, sí, entiendo lo que dices pero no voy a ir”, y repítela todas las veces que haga falta hasta que el otro se dé por enterado. Quizá es la primera vez que recibe un No tuyo y está sorprendido. Muéstrale que has cambiado.
- Acepta que el Otro reaccionará como quiera ante tus palabras. Tiene derecho a enfadarse porque no le gusta tu respuesta. Es su derecho asertivo. Respétalo.
La Asertividad se consigue con un trabajo concienzudo de pico y pala. Y puedes hacerlo estés en el nivel que estés. Y ya sabes que es una actitud esencial para tener buena Autoestima.
Cada vez que no eres Asertiva, estás faltando el respeto a una persona muy importante: tú misma.
Tu falta de Asertividad deja, al menos, un herido: Tú.
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Si trabajas con constancia y enfoque, puedes desarrollar tu asertividad.