El Sentido de Vida
Cuando queremos encontrar el Sentido de nuestra Vida solemos pensar que tiene que ver con grandes proyectos humanitarios en países lejanos, con crear empresas exitosas, con ser triunfadores…
En mi opinión, encontrar el Sentido de Vida es sencillamente escuchar a nuestro ser interior como un árbol escucha lo que está escrito en su semilla y lo CREA. Ese es su proyecto de vida.
Imagino que no se compara con los árboles de alrededor, simplemente convive en armonía con ellos formando un gran sistema que vive en equilibrio.
Cuento: “El manzano que daba peras”
«Felipe siempre quiso tener un manzano. Este árbol le recordaba su niñez, la casa, el aroma y todos los momentos en los que se recordaba feliz. Por ello se compró, con los ahorros de toda su vida, una casa de campo con un huerto y un árbol en medio, que por supuesto, sería un manzano.
En Navidades ya estaba todo listo para entrar a vivir en su nuevo hogar. Y por las tardes se sentaba en el escalón de la puerta para mirar al árbol que le traería sus soñadas manzanas.
El árbol floreció unas semanas antes de lo esperado, pero Felipe pensó que era muy buen augurio el hecho de que las flores no pudiesen esperar para venir a este mundo.
Poco a poco fue viendo cómo su árbol no era exactamente igual que un manzano. Así es que cogió la foto de uno verdadero y decidió retocar su árbol aquí y allá. Entablilló las ramas para que estas tuviesen la misma inclinación que en su foto. Cortó aquellas que eran demasiado largas, arrancó las hojas grandes ya que en ellas se veía demasiado bien que no eran las de un manzano.
Y pequeños frutos empezaron a nacer en algunas ramas, en aquellas que se habían salvado de la poda. Y comenzó a oler dulce y suave… pero no era olor a manzanas.
Entonces Felipe decidió que si el árbol olía diferente, algo debía estar mal en la raíz. Compró fertilizantes y productos químicos para manzanos y se los aplicó en la tierra alrededor del tronco. Y seguía oliendo diferente. Además compró ambientador de manzana para aplicar al árbol 3 veces por día.Pero con todo esto, el árbol no era su manzano querido. Más bien parecía un pobre árbol mustio y escayolado con las tablillas de las ramas.
Felipe pensó que sería necesaria una persona especialista en árboles. Empezó a buscar en internet psicólogos arbóreos. Encontró a un hombre que decía “susurrar a los árboles”. Le pidió venir hasta su huerto y le rogó que le dijese a su árbol en su idioma que era un manzano. Pensaba que si él deseaba con todas sus ganas ser un manzano, algún día lo sería.
Felipe esperaría todo el tiempo que fuese necesario hasta que su árbol descubriese el gran manzano que había dentro. El susurrador de árboles recomendó rodear al árbol con muchas y grandes fotos de manzanos. Y con frases de ánimo y apoyo… y así finalmente lo conseguiría. Después extendió una factura con muchos dígitos y se marchó.
El manzano que daba peras se desconectó de la tierra, del aire, del sol… Y empezó a parecer muy viejo y cansado. Ya no sabía quién era.
En su semilla estaba escrito que daría peras y aquel hombre que tanto lo amaba decía que él era un manzano. Por más que lo había intentado, y con mucho dolor, no podía dar manzanas. Solo podía dar peras. ¿Cómo podría explicarle a su amado Felipe que nunca saldrían de sus ramas las manzanas?. Le mataría de pena, ya que esa era su gran ilusión.
No podía hacer nada, solo dejarse morir…» (Dori Pecharromán)
Reflexión
¿Y tú sabes qué está escrito en tu semilla?, ¿sabes ya los frutos que vas a dar?, ¿estás dando tus frutos o intentando dar los que otros esperan de ti…? Hasta que no empieces a dar “tus propios frutos” no encontrarás tu lugar en el mundo.
Y entonces sabrás que has encontrado el Sentido de tu Vida, ¿y sabes por qué?… porque habrás dejado de hacerte esta pregunta.
Las Inteligencias Múltiples y el por qué de los trastornos en los Niños
¿Y tú sabes qué está escrito en tu semilla?, ¿sabes ya los frutos que vas a dar?, ¿estás dando tus frutos o intentando dar los que otros esperan de ti…?