Cómo aparece la Sombra
Si a papá y mamá no les gusta que llores; aprenderás a no echar lágrimas cuando estás triste.
Si tampoco les gusta que digas verdades y denuncies las injusticias; aprenderás a callar ante ellas y tendrás conductas de evitación.
Si se ponen nerviosos cuando te mueves mucho; estarás quieto delante de ellos y parecerás el niño bueno y callado que ellos quieren.
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Y poco a poco irás ocultando esas partes genuinas de tí para que te quieran en casa, los profesores del colegio, los amigos y el entorno en general.
Y además pensarás que es mejor así porque esas «partes de tí son vergonzosas» y las convertirás en Tu Sombra.
“No es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino hundiéndose en su propia oscuridad” Carl Jung )
Qué es la Sombra
La Sombra es esa parte de nosotros que escondemos pensando que es indigna, y que colocamos debajo de la alfombra para que nadie la vea cuando viene de visita. Lo que sucede es que sigue estando, pero debajo de la alfombra.
La Sombra es la constatación del rechazo que sentimos por una parte de nosotros mismos. Pero que es tan nuestra como los brazos y las piernas. Sin embargo nos avergüenza y nos hace sentir culpables de ser así. Culpables de ser humanos.
Es como si te compras un gato como mascota. Y con el tiempo te das cuenta de que crece demasiado. Resulta que es un león. Tal vez te empeñes en pensar que «tu león es el único domesticable del mundo». Tal vez incluso se lo hagas creer a él por momentos. Sin embargo su instinto le dirige: come carne, y no está hecho para vivir en casa. Necesita libertad. Y ataca.
Los animales dirigen mejor su sombra ya que va asociada al instinto. Tarde o temprano aparece y ejerce. Y es curioso que solo los humanos vemos sombra en ellos. Solo nosotros queremos que un león sea un gato. Imagino que ellos quieren ser quienes son y como son.
Y así pasa con nosotros. Intentamos domesticarnos y eliminar esa parte «salvaje», pensando que lo podemos conseguir. Lo que sucede es algo inesperado: nos convertimos en una persona desconocida para nosotros y empezamos a tener problemas como crisis vitales, depresiones, adicciones, cuadros agresivos repentinos, … lo cual es positivo, porque nos obliga a hacer revisión de nosotros mismos.
La Autoestima y la Sombra
Antes de trabajar la Autoestima, hay que integrar la Sombra. ¿Cómo me voy a considerar digno de ser querido y valorado si me avergüenzo yo mismo de mi?. Si no hago ésto, mi autoestima será inventada.
Durante muchos años de mi vida intenté ser un dulce gatito. Y empecé con problemas, crisis, depresión, adicciones… hasta que tomé conciencia de que una parte de mí estaba deseando salir y expresarse.
Ha sido un trabajo duro y lento porque yo misma rechazaba todas esas cosas. Lo que más me impulsó fue ver el precio que había pagado por ello: mucho sufrimiento y sensación de ir perdida por la vida.
Utilicé, como siempre digo, el motor de la rabia para reivindicarme a mí misma y legitimarme. Está bien como soy y lo que siento. Lo que importa es lo que hago con todo ello. Y lo que hago es vivirme más plenamente. Ahora las tristezas son más tristes y las alegrías son más alegres. Vivo con intensidad todo lo que llega. Y rechazo verticalmente aquello que no llena mi vida. Bastantes años he vivido viendo pasar la vida por mi ventana.
Hay personas que incluso se avergüenzan de amar a otros que son considerados «delincuentes, detestables o perjudiciales» por los demás. ¿Vergüenza? ¿de qué?. Si el amor te sale del alma, no lo rechaces. Bendito sea. Amar siempre, a quien sea.
¿Y tú? Si tu sombra te impide amar, preocúpate porque te está impidiendo vivir. Destapala e integrala con el resto de tu personalidad. Además, seguro que no es para tanto…
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