Nada nos cuesta más que decir de verdad lo que queremos o lo que sentimos.
En lugar de eso preferimos enfadarnos y ponernos muy dignos intentando aparentar que las cosas no nos importan. Pero sí nos importan.
Por ello, casi todos los problemas que tenemos los seres humanos giran en torno a la Comunicación.
Cuantas amistades y largos amores se rompen para siempre por falta de Comunicación. Por una Comunicación real, no por todas las razones que nos damos a nosotros mismos.
Preferimos enfadarnos y no hablar de Sentimientos
Nos resulta más fácil enfadarnos con el Otro y decirle: Eres inaguantable y ya no quiero verte más,
Me duele cada vez que dices esas cosas, oTe ruego que no me las digas más, oMe entristece que no tengas tiempo para mí y que ya no quieras que pasemos un rato juntos.
Al menos así le darás la oportunidad de que te explique por qué no lo hizo. Tal vez tuvo miedo de no estar a la altura y se dio a sí mismo explicaciones como ella es muy fuerte y no lo necesita. Quizás pensó que te agobiaría estando tan pendiente de ti.
O tal vez fue torpe y egoísta y puede pedirte perdón por ello. O quizás ya no le interesas y es el momento de decírtelo. En cualquier caso, si hay comunicación se aclaran las cosas, no hay dudas ni suposiciones y todo está claro.
La pérdida nos pone tristes y preferimos mostrar Enfado
Cuantos niños están enfadados con uno de los padres tras un divorcio… y en realidad están tristes y sienten miedo porque creen que les han abandonado. Esto podría arreglarse con una conversación entre padre e hijo.
La pérdida nos pone tristes, y como normalmente no nos lo permitimos, lo cambiamos por un Enfado cargado de razones que no son las reales. Hay un cuento que lo ilustra muy bien La Tristeza y la Furia, de Jorge Bucay.
Esa persona es egoísta, sólo piensa en sí misma.
Sin embargo nunca le hemos dicho lo que de verdad queríamos: ser considerados en la relación. Nunca hemos comprobado si era más generos@ de lo que pensábamos porque no le hemos pedido nada. Solo hemos hecho lo que esa persona quería. Y nos vamos enfadados¡.
¿Enfadados con quién?… Un poquito con nosotros, ¿no?
La Comunicación de sentimientos es necesaria y hace que las relaciones sean más reales
Cuando no lo hacemos así y cortamos en seco, queda un poso de culpabilidad en nuestro interior. Una voz que nos dice pudiste hacer algo más, tal vez la situación no fue como tú piensas.
Expresar sentimientos no te hace débil, te hace real. Hace que las relaciones tengan más profundidad y sean más satisfactorias. Y que además evolucionen y no se estanquen, que sean diferentes y apasionantes.
Incorpora los sentimientos en tu lenguaje cotidiano. Merece la pena.
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Es importante manejar el lenguaje de los sentimientos para que las relaciones sean más profundas y satisfactorias.