Los duelos no autorizados son aquellos para los que no hay sensibilidad ni apoyo del entorno.
Y se dan estos factores:
- Tu familia o amigos desconoce que esa pérdida es importante para ti.
- Otras veces lo saben, pero no tienen habilidades para apoyarte, y prefieren ignorar tu situación.
- O también puede tratarse de un duelo socialmente no aceptado, y es llevado en secreto por el doliente. Como la muerte de un amante en situación de infidelidad, o la muerte de un hijo en un tiroteo donde él era el delincuente…
Sin embargo, la pérdida de un ser querido por fallecimiento, es una de las experiencias cumbre de sufrimiento del ser humano.
Y entre los factores que pueden facilitar el proceso de duelo está el apoyo social con el que cuente el doliente. Es vital compartir con los otros el dolor, la tristeza y los sentimientos que acompañan a la pérdida.
Y cuando ese apoyo no existe, sea cual sea el motivo, decimos que el entorno no te autoriza a vivir tu duelo. De ahí lo de «no autorizado».
Duelos no autorizados
Por lo tanto, podemos decir que la mayoría de los duelos no autorizados se puede considerar que no son socialmente aceptados o suficientemente reconocidos, y que son llevados en secreto por el doliente.
Estos duelos no dan lugar a baja laboral, a un aumento de apoyo por el entorno ni a otro tipo de facilidades por su invisibilidad.
- Muerte de pareja no aceptada socialmente por infidelidad, homosexualidad, etc
- Abortos espontáneos o provocados.
- Duelo anticipatorio por la muerte cercana del ser querido.
- Divorcio.
- Duelo migratorio.
- Duelo del Nido vacío: cuando los hijos abandonan el hogar.
- Muertes debidas a enfermedades como el SIDA, Ébola, sobredosis.
- Muertes de seres queridos en situaciones ilegales: robos, tráfico de drogas…
- Secuestros, desapariciones.
- Muerte por asesinato.
- Muerte por suicidio.
- Amputación de partes del cuerpo: mastectomía…
- …
Todos estos duelos no reconocidos aumentan la probabilidad de desarrollar un duelo patológico puesto que al trauma de la pérdida hay que unir el dolor por el fracaso de no encontrar el apoyo social que todo doliente necesita para superar el proceso al que se enfrenta.
No pases esto por alto. Aunque tu duelo no esté autorizado por los demás, tú debes autorizar-TE. No niegues lo que sientes aunque racionalmente pienses que “no debes sentirlo”.
Respétate. Busca un entorno en el que poder hablar de ello y personas que te den el pésame y te pregunten cómo estás. Y que te permitan vivir la tristeza y otras emociones de tu duelo.
Busca grupos de apoyo
Busca a otros que sí se permiten sus duelos “no autorizados”. Crea un grupo de apoyo, o participa en uno que ya exista. Lo importante es compartir con otras personas que son capaces de entender todo lo que dices y sientes. Y no hacen juicios sobre ello.
El valor que aporta el ser entendido en lo más íntimo de ti por otros que han vivido lo mismo: es incalculable. Busca a estas personas. No eres la única. Empieza en internet, asociaciones, centros de ayuda…
Siempre hay personas que están viviendo lo mismo que tú. Y verás que al compartir con ellas: la sanación se da en ambas direcciones.
Date permiso para vivir tu duelo no autorizado. AutorízaTE.
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