Cuando MiPadre murió, yo pensaba que no había entendido muchas cosas sobre él.
La razón de no haber entendido era que yo solo le consideré MiPadre. Y digo MiPadre, todo junto, como un #hashtag.
Era como si él hubiese nacido el mismo día que yo y su único oficio en la vida fuese ser MiPadre. Sin infancia ni pasado.
Con el tiempo me he dado cuenta de que detrás de MiPadre (todo junto) había un Padre de familia. Había un esposo. Había un hombre.
Había una persona con todos sus sueños y sus frustraciones. Y había un ser humano que alguna vez fue niño, adolescente, joven. Y después un hombre maduro, cuando yo le conocí.
He hecho muchas valoraciones sin tener en cuenta que él era muchas cosas en la vida. Muchas… además de MiPadre.
Era Mi-Padre
Mi Padre no sabía nada de Autoestima. En su época se confundía con el orgullo y la vanidad.
Mi Padre no entendía de Inteligencia Emocional. Lo único que aprendió es que los hombres no lloraban, no eran tiernos y nunca hablaban de tener Miedo.
Mi Padre no hizo cursos de Comunicación ni Habilidades Sociales. Observó que los hombres negociaban en el bar y que en casa su palabra era la ley. Por ésto no necesitaba estas habilidades.
Mi Padre no felicitaba a sus hijos porque aprendió, en su época, que se podían transformar en unos engreídos y soberbios.
Mi Padre nunca se planteó vivir de sus sueños porque ya la vida se encargó de ponérselo muy difícil. Y lo primero era mantener a su familia.
Mi Padre no nos abrazaba porque la tensión de su cuerpo y el estrés le impedían sacar el afecto que llevaba en su interior.
Mi Padre recibió tanto maltrato físico en su infancia que consideró que era suficiente con no pegar nunca a sus hijos. Y fue un gran avance.
¿Soy mejor que Mi Padre?
Mi Padre hizo lo que pudo por ser un mejor padre con las pocas herramientas que tenía en su maletín de la vida.
Tal vez hizo bien en «no felicitarme nunca» porque aún y así todavía me he permitido juzgarle sin tener en cuenta sus factores.
A veces pensamos que somos mejores que nuestros padres y solo somos una generación más que aprende de los errores de la anterior.
Somos el siguiente eslabón en la cadena. Lo esperable.
Hay que poner mucho empeño, fuerza y corazón para poder decir, de verdad, que hemos mejorado la especie.
Cada generación aprende de los errores de la anterior. Cada Padre/Madre tiene una vida antes de la paternidad.