Me llama la atención cómo los posts que hablan sobre la tristeza en Navidad son más leídos que los posts sobre otros temas.
Y recibo preguntas sobre ésto. Las mujeres quieren saber por qué están tristes en un momento en el que todo el mundo «parece derrochar alegría».
Y hay varias razones que explican el por qué aparece la tristeza en Navidad.
1. La Navidad aparece en invierno
Las mujeres somos cíclicas, ¿recuerdas?. Y estamos sincronizadas con las estaciones de la Madre Tierra. Por ello ahora somos mujeres de invierno. Y tenemos las mismas características que la Naturaleza: vamos hacia dentro y nos movemos con energía mínima. Necesitamos descanso, paz y conexión con nosotras mismas.
Es un estado muy similar al de los días de la menstruación. Tenemos más sueño y necesitamos dormir más horas. Nuestro cuerpo quiere hibernar y silencio para conectar con su sabiduría interior. Por eso nos da pereza salir de casa, las reuniones sociales…
Y ésto lo podemos confundir con tristeza, pero es una necesidad natural de ir hacia adentro.
2. La Navidad también nos hace ir hacia dentro
Las Navidades son esas fiestas agridulces que nos obligan a reunirnos, comer, gastar, socializar… Y que nos despiertan sentimientos controvertidos porque:
- Caemos en la cuenta de los que murieron y ya no están en la mesa. O los que están fuera y no han podido venir.
- Se hace más patente la soledad si no tienes a nadie con quien celebrar.
- O porque tal vez tenemos familia pero nos llevamos mal, y esto se nota más en estas fechas.
- Nuestra situación económica no es buena y no podemos celebrar ni hacer regalos.
- Detectamos la incoherencia de comer y beber más de lo normal para después tomar antiácidos y seguir comiendo, mientras otros no tienen nada, pasan frío, están en guerra…
- Nos conectan con el vacío que aparece después de abrir un regalo y ver que pocas veces eres más feliz con él.
- Pensamos que otros reciben más whatsapps de felicitación que nosotras.
- Nos hacemos fotos alegres para subir a las redes cuando sabemos, en el fondo, que no somos tan felices.
- Es la época para celebrar el nacimiento de Cristo y en realidad es lo último en lo que pensamos.
Y toda esta controversia nos pone en contacto con nuestro vacío interior. Y con la tristeza de no ser quienes queremos ser.
3. Invierno y Navidad juntos… Desgana vital
La necesidad de recogimiento, de paz y de conexión del invierno se unen con el debate interno que nos ofrece la Navidad. Una pequeña lucha donde nuestra coherencia lucha por encontrar un lugar.
El problema es que el contacto con nuestro interior nos produce miedo por ser unas desconocidas para nosotras mismas. Y viene el vértigo.
Y lo solucionamos poniendo nuevos objetivos para el Año Nuevo como: hacer dieta, ir al gimnasio, aprender inglés… que nada tienen que ver con lo que necesitamos de verdad. Parecen castigos por habernos dedicado al placer durante unos días.
Y este tsunami acaba, por fin, el día 7 de enero cuando volvemos a la rutina. O a las rebajas, o a cambiar todos esos regalos que nos iban a traer la felicidad. Decepción. Tristeza. Nada ha cambiado a pesar de los regalos.
¿Entiendes ahora por qué después de las Navidades parece que nos han dado una paliza y solo queremos descansar?.
Tal vez podemos enfocar estas fiestas con una nueva actitud más cercana a la energía del invierno: más intimidad y menos ir hacia afuera, más autenticidad y conexión de corazón y menos exhibición, más presencia y menos regalos, más compartir y menos antiácidos…
¿No crees que si cambiásemos el enfoque de la Navidad dejaríamos de sentir ese vacío cuando termina?.
Hola Milagros. Buena pregunta porque no había caído en este detalle.
El verano es una época de expansión en la mujer y va hacia afuera, y no es como el invierno.
Entonces en el caso del Hemisferio Sur no contaría el punto número 1. Y la tristeza y el vacío son debidas a lo que menciono en el punto 2: y especialmente todo lo que tiene que ver con las celebraciones y reuniones de personas donde no hay una verdadera conexión de corazón. Esas que nos hacen ver que seguimos solas aunque estemos rodeadas de gente.
Y sobre todo las contradicciones que se dan en Navidad: el nacimiento y el mensaje de Cristo frente al derroche y exhibición con el que vivimos las fiestas.
Y un último punto que es la reflexión interior cuando se cierra un año y se dejan cosas atrás para empezar uno nuevo. Y las preguntas: ¿Ha merecido la pena?, ¿he avanzado, sigo en el mismo punto?.
Espero que todo ésto pueda responder a tu pregunta. Muchas gracias por tu comentario y por leerme. Un abrazo.
muchas Gracias por el Post!!
Yo experimenté estos sentimientos….. Pero mi pregunta es Si vivo en Argentina,y en el Hemisferio Sur es Verano???