El sufrimiento vivido por tantos seres humanos en la historia de la humanidad es un tema que me inquieta profundamente.
Por ello, pedir Perdón a las víctimas es necesario para reconocer el sufrimiento vivido. No fue algo inventado, fue real. Y significa que hay una intención de no repetir esa situación. Es un ritual necesario para limpiar el pasado y comenzar un nuevo futuro.
Algunos somos privilegiados
Me pregunto por qué soy una privilegiada y no he vivido los horrores que otras personas sí han vivido.
Siento vergüenza ante capítulos de la historia como el Holocausto judío, la invasión de españoles en lo que hoy es Latinoamérica, el tratamiento hacia los aborígenes australianos, las guerras en nombre de un Dios… y tantos acontecimientos que han sucedido y suceden actualmente en el mundo.
En la historia han existido «generaciones perdidas» que eran personas con sueños e ilusiones, como cualquiera de nosotros. Me resulta imposible entender que los africanos fuesen llevados como esclavos a América y otros lugares, y a la vez condenados a ser ciudadanos de última categoría en un lugar donde no eligieron ir.
Pedir Perdón a las víctimas es necesario
Pedir Perdón es un ritual de Reconocimiento del dolor que ha vivido una víctima. Es darle importancia a un hecho que ha sido traumático y real. Y darle permiso para dolerse y después pasar a ser superviviente. Es sellar la intención de no volver a repetirlo. Es declarar el fin de un capítulo para dejar paso a otro nuevo.
Creo que es importante parar y tomar conciencia de todo el sufrimiento de la humanidad. Es la Sombra de nuestro mundo civilizado y occidental.
No era solo el primer presidente de raza negra en la historia de Estados Unidos. Era el reconocimiento de la ciudadanía afroamericana como personas de primera categoría. Y suponía recuperar la dignidad perdida en el sufrimiento sin sentido y horror vividos.
Olvidar los horrores y tirar hacia adelante no funciona
Era necesario pedirles Perdón. Así como Australia también lo pidió a los aborígenes, el papa Benedicto XVI condenó el holocausto y pidió perdón. O cuando el papa Francisco pidió perdón por los abusos sexuales cometidos en el seno de la iglesia…
Cada vez que esto sucede, el mundo entero llora de emoción y da un espacio y un lugar en la historia a lo sucedido.
Pedir Perdón es necesario. Olvidar los horrores y tirar hacia adelante no funciona. Y no es remover el pasado ni seguir anclados en él. El sufrimiento solo tiene sentido si aprendemos de él y evitamos que eso vuelva a repetirse.
Pedir Perdón no cambia el pasado, pero ayuda a restablecer la dignidad de la víctima.
Y nos da una segunda oportunidad a Todos: la de construir un futuro nuevo y seguir creyendo en la humanidad.
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