El otro día ocurrió el milagro en la Escuela de Padres.
Por fin entendieron que para cuidar al niño interior que hay dentro de sus hijos deben escuchar al Niño interior que hay dentro de ellos. De cada Padre y Madre.
Escuela de Padres: lugar de Crecimiento
Los padres asisten a estas clases con el único objetivo de poder enseñar más cosas a sus hijos. Sin embargo olvidan que si ellos no las interiorizan, el aprendizaje va a ser solo intelectual.
Yo creo que una Escuela de Padres es un lugar de crecimiento de personal para personas, que además son padres. Aunque ellos no lo ven así.
Quieren aprender todo rápidamente para “decirles a sus hijos como hay que hacerlo”.
En su intención inicial no está el mejorar su inteligencia emocional, su forma de comunicación o su autoestima, sino conseguir que la mejoren sus hijos.
Les pido con frecuencia que dejen a sus hijos en casa, y que se centren en ellos. Y veo que esto les cuesta mucho. Ser padres es una responsabilidad tan grande que se olvidan de ellos mismos.
El niño interior de cada Padre/Madre
Sin embargo, hace unos días ocurrió el milagro. Tenía un programa planteado para impartir cuando repentinamente se me ocurrió preguntarles por sus sueños de la infancia. Sorpresa.
Empezaron a emocionarse al ver que se habían olvidado de sí mismos muchos años atrás.
Algunos empezaron a trabajar a la edad de 13 o 15 años y ni siquiera recuerdan haber tenido sueños.
¿Sueños? Mejor no tenerlos porque no se iban a cumplir.
Los otros soñaron con ser bailarina, exploradora, futbolista, misionero, médico… Todos ahogados dentro de sus personajes actuales, que nada tienen que ver con lo que habían soñado.
Unos ejercen a escondidas, otros proyectan el sueño sobre sus hijos obligándoles casi a que tengan su mismo sueño, y otros frustran a sus hijos cuando desean lo mismo.
Los sueños no tienen edad. Y son muy personales. ¿Por qué cada uno no se encarga de sus sueños y permite que sus hijos tengan los suyos?.
Ocurrió el milagro
Ocurrió el milagro. Conectaron consigo mismos. Por fin ellos eran los alumnos receptores, y no sus hijos. Hablaron de sus padres, de sus madres… y descubrieron muchas cosas de sí mismos, heredadas por educación.
Están repitiendo patrones educativos de sus padres y abuelos. Y pasarán a sus hijos si no se produce un cambio. Pero lo importante es que tomaron conciencia de ello y ahora se puede romper la cadena de transmisión.
Sobre todo me quedo con la experiencia de haber tenido sentados en clase a los niños interiores “heridos” de esas personas que hacen cada día lo que pueden por ser mejores padres.
Y creo que después de este momento, podrán entender mejor a sus hijos y conectar con ellos más profundamente. La comunicación es conexión de corazón a corazón.
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Enlace relacionado:
Hablemos de Sentimientos – Comunicación
A ti Padre o Madre: recuerda los sueños de tu infancia y compártelos con tus hijos. Pasaréis un buen momento.