Hace tiempo pensaba que teniendo un portátil y una conexión a internet mi vida estaba resuelta.
Pero la Naturaleza es sabia y acaba llamándote o mostrándote síntomas para que recuerdes su poder curativo.
Necesidad de conexión con algo espiritual
Yo podía pasar días sin tocar elementos naturales como madera, plantas, hierba, arena, piedras, árboles… solo mi teclado y el ratón.
Notaba como perdía la capacidad de percibir por los sentidos. La cabeza se queda embotada y llena de pensamientos que giran como una batidora. Y me resultaba difícil concentrarme en una sola cosa.
En estos momentos sentía una gran necesidad de conectarme con algo espiritual. Sin saber ni el qué ni el cómo.
Me agobiaba pensar en el gimnasio por ser un sitio cerrado. Mis pies me llevaron a un parque cercano a dar un paseo entre los árboles. Al estar agotada mentalmente, no deseaba una gran actividad física. Y recordé que era bueno abrazar árboles.
Dado que es un parque muy transitado, me dio algo de reparo abrazar un árbol y decidí elegir uno intuitivamente y sentarme apoyando la espalda en su tronco. Y el sol en la cara.
Al cabo de un rato los pensamientos bajaron. Mi temperatura corporal se reguló. Empecé a sentirme tranquila y… abrazada.
Trastorno por Déficit de Naturaleza
¿Sabías que existe el Trastorno por Déficit de Naturaleza?.
Ya en el año 2005, Richard Louv autor de “El último niño de los bosques” creó este término para designar el conjunto de síntomas que se desarrollan por la falta de conexión con el medio natural.
Entre estos síntomas se encuentran el aumento de estrés y ansiedad y una disminución de la capacidad de prestar atención. Además se incluyen otros como: ligera depresión y desgana vital. Y en los niños se asocia con la obesidad, las enfermedades respiratorias, el trastorno por déficit de atención y la hipovitaminosis D.
La Naturaleza nos conecta con nuestro Ser Interior
Busca un parque con árboles cerca de tu casa. Intenta ir al menos una vez a la semana. Permanece allí durante al menos una hora. Descálzate, túmbate en la hierba, abraza árboles, apóyate en ellos o haz lo que te pida el cuerpo. Dejate seguir por la intuición.
Si además puedes ir todos los días mucho mejor.
Si tienes la suerte de vivir en una ciudad con playa, haz lo mismo.
Habilita espacios y momentos en tu vida para reconectarte con la Naturaleza, con la Madre Tierra. Es una medida de salud que hará mejorar tu calidad de vida a nivel personal, profesional, espiritual, emocional… Y haz lo mismo con tus hijos.
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