La primera vez que entré en contacto con mi Sombra me quedé espantada. Mi depredador interior era mucho más poderoso de lo que me imaginaba.
Por entonces yo estaba sufriendo una especie de acoso laboral por parte de unos compañeros. La idea era sacarme de mi puesto para ocuparlo uno de ellos.
Yo no era asertiva en aquel momento y no supe defenderme por un tiempo. Lo único que percibía era que mi estado de ánimo cada vez era más bajo y depresivo. Entonces empecé a creer que me merecía lo que me estaba pasando porque mi rendimiento laboral bajó mucho.
Sentía a la vez Miedo y muchísima Rabia. El Miedo me producía temblores de cuerpo y voz que duraron meses hasta que decidí hacer algo. Fue un año espantoso al que recuerdo con el nombre del «año de las ovejas», porque en lugar de hablar, me daba la sensación de que balaba por el temblor de voz.
Salió el animal salvaje de mi interior: mi Sombra
Me dejé llevar por la rabia y denuncié la situación.
Esto me trajo, incluso, más problemas todavía por sacar a la luz un tema incómodo. Más miedo y más temblores. Fue entonces cuando me di cuenta de que si permitía este acoso, iba a permitir muchas injusticias en mi vida ante las que podía hacer algo.
No tenía ni idea de qué hacer. Empecé a pensar posibilidades para luchar contra esto e hice un listado de las cosas que sí podía hacer. Después de leerlo descubrí que podía ser destructiva, y que ese poder estaba en mí.
Me di cuenta de que “yo también podía hacer mucho daño a los Otros”. Y ésto último es un gran descubrimiento cuando crees que estás a merced del destino.
Tenía múltiples opciones: podía boicotear la empresa, cargarme a clientes importantes o sentarme de brazos cruzados ante el ordenador y no hacer nada.
Esto último fue elección mía, yo pude elegir otra opción, y ésto también me daba poder.
Me asusté de mi propia Sombra
Al principio me asusté. Pensé que había un destroyer dentro de mí. Creí tener un secreto inconfesable que si los demás descubrían, dejarían de quererme.
Por supuesto, ellos (la empresa) no esperaban que yo me rebelase de esas maneras. Ahí descubrí que cuando el enemigo piensa que lo sabe todo, deja al descubierto sus ignorancias pensando que el otro es más débil.
Hubo un gran desconcierto con mi actitud y entonces ellos empezaron a mostrarse débiles.
Qué curioso, ahora los acosadores estaban en mi mano.
Pude hacer mucho daño, pero decidí seguir mis valores: denunciar la injusticia, defenderme ante ella de frente y provocar una salida digna de la empresa. Pero mis valores podrían haber sido otros, y habría valido también.
Descubrí una parte de mí que al principio me asustó, pero luego me dio mucha fuerza saber que hay una pantera en mi interior, que sabe defenderse y que no permite injusticias contra su persona.
Tras ver que la pantera no se comía a la persona, me tranquilicé y empecé a observar los beneficios de saber que puedo defenderme, e incluso puedo ser destructiva. Me dio fuerza y seguridad para estar en este mundo que a veces es tan difícil de llevar.
Soy Luz y Sombra
Puedo ser destructiva en caso de necesidad o situación límite. Sin embargo hay muy pocas situaciones consideradas límite. Y cuando te sientes fuerte, cada vez son menos ya que la sensación de estar amenazado baja.
La Sombra me ha ampliado por dentro y ha arrojado luz sobre mí. Me ha dado fuerza y seguridad para estar en este mundo. Ha disminuido mi miedo porque ya no me siento débil. Y me permite caminar con la cabeza alta sabiendo que escojo como soy y que podría ser de otras maneras mucho menos correctas.
Integrar mi Sombra me ha hecho más humana y real.
Y por supuesto mi Autoestima se elevó muchísimo desde aquel momento.
Enlace relacionado: Desarrolla la humildad a través de tu Sombra
Reconocer a tu depredador interior te puede dar fuerza y seguridad en ti mism@