Ahora está de moda hablar de Autoestima. Y hablamos de ella alegremente, creyendo que somos las únicas que no la tenemos bien…
Pero lo cierto es que casi ninguna mujer de hoy ha recibido los ingredientes que la forjan.
Al menos eso es lo que yo veo cada día.
Cómo se construye la Autoestima
La Autoestima se construye con estos 3 elementos que deberíamos haber recibido en la infancia:
- Reconocimiento de todo lo positivo que hay en nosotras.
- Amor Incondicional: ser queridas porque sí, independientemente de nuestros comportamientos.
- Seguridad: física, emocional, estabilidad, tener pilares de apoyo en nuestros padres…
Exigencia, Reproche, rigidez…
A las mujeres de mi generación y anteriores nadie les ha dicho que hacían las cosas bien, todo lo contrario: «esa es tu obligación y además se puede hacer mejor».
La exigencia continua era lo que los padres creían que debían hacer con sus hijas. Nunca un elogio, no sea que se vuelva vanidosa. Solo destacar lo que falta, no lo que existe. «Preocúpate por el qué dirán». Porque eso es lo que les habían enseñado a ellos.
De Amor Incondicional, ya ni hablamos. Si actuabas de acuerdo a lo que se esperaba, eras buena y sino eras mala. Si eras mala, los castigos correspondientes. Y si eras buena, silencio. No había más.
De afecto físico menos. Somos hijas de la miseria moral: de ese «no regalarnos aquellas cosas que son gratis: como el afecto, la ternura, la risa, el elogio, las palabras amables…». Nada, solo reproche y queja.
Las hijas de la miseria moral: Cero Autoestima
Me encuentro cada día mujeres de 40, 50, 60 y 65 años que son heroínas de la miseria moral. Mujeres que han sobrevivido negándose a sí mismas continuamente.
Negando sus sentimientos, sus anhelos humanos más íntimos, su necesidad de ser queridas y aceptadas, su alegría, sus ganas de bailar, de tocar a otros, de llorar y gritar al mundo las injusticias vividas… y ésto les ha llevado a depresiones, medicaciones de por vida, falta de ilusión por experimentar cosas, dejar de aprender y centrarse en el sufrimiento como lo único destacable.
Descubrir que hay otra forma de vivir a los 60 ó 65 años es cabreante. Mucho tiempo perdido. Sin embargo el salto que dan cuando se les autoriza a sentir, a expresar, a aceptar todo lo que nace de su interior como verdadero y humano… Uff es increíble.
Imagino que ésta es la historia de la vida. Unas generaciones descubren ésto antes, yo a los 45, y otras parece que ya tienen esto incorporado en su ADN. Unas podrán disfrutar de ello más tiempo y otras menos.
Algo de esperanza
Ahora debes soltar hábitos, cambiar actitudes, pensamientos, comportamientos… que ya no te sirven y te quitan energía.
Y te darás tú a ti misma ese Reconocimiento, Amor Incondicional y Seguridad que no recibiste en la infancia. No puedes quedarte lamentando por lo no recibido. Ni seguir esperando que «venga de fuera».
Y te convertirás en una madre para ti que te cuida y te educa para ser una mujer feliz.
¿Cuántos años crees que te quedan de vida? ¿20, 30, 40, 50…?… Tú eliges si quieres iniciar un camino nuevo durante esos años o seguir «penando y en el mismo estado» el mismo tiempo. ¿Qué eliges?
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